Hoy fui al banco y apenas entré me choqué con una hermosa sorpresa, si si, había una fila (o cola como se suele decir) kilométrica. Lo primero que se me vino a la cabeza fue "Como ODIO hacer fila!!", después respiré hondo y traté de pensar en positivo.
Decidí caminar a la maquinita que tiene los números y arranque mi papelito para llevarme la segunda sorpresa de la jornada, iban por el número 30 y yo tenia el 54. No parece tan malo, pero al ver que de 4 cajas solo atendian 2 y que encima parecían filosofos tratando de resolver las incógnitas de la vida con cada trámite, mi alegría terminó de desmoronarse. Tardaban tanto que hasta la tortuga manuelita parecía rápida al lado de estos cajeros.
Una vez que me resigné, decidí distraerme mirando a los otros treinta desgraciados que estaban en mi misma situación (seguro que alguno se distraía al ver mi cara de pitufo gruñon o mi manera de jugar con el papelito de número 54...).
Hay diferentes tipos personalidades al momento de esperar en el banco. Están las señoras de cierta edad y todas arregladitas, que piensan que es un atropello y que ellas merecen un mejor trato que el resto. Estas se ponen ansiosas, se mandan a las ventanillas sin esperar su turno, para ver si el cajero las atiende como si fueran VIP y se cagan en toda la fila. Quién no se cruzó con una de estas viejas y tuvo ganas de darles un sopapo y decirles que se sienten y esperen su número?...
Después están los motoqueros o cadetes, que como ya conocen al cajero se mandan sin fila pero lo peor no termina ahi, sino que se ponen a hablar de cualquier cosa (no recomiendo ir un lunes porque seguro se cuelgan media hora hablando de los partidos del domingo). Además de que suelen tener que hacer 200 trámites a la vez y significa que si te toca despues de ellos podes tomar asiento que tenes para largo.
No puede faltar el colgado, que va a hacer la fila y después de su buena espera llega a la caja y le avisan que esa operación no se puede realizar por caja, y se ponen como locos, y discuten y pelean pensando que el cajero va a cambiar su cara de poker solo porque le patalean. Si bien puedo simpatizar con su bronca, al momento de estar esperando tras de estos, me da todo igual y rezo para que den media vuelta y se vayan protestando por lo bajo.
Un caso más divertido son los turístas, llenos de papeles y tratando de entender lo que les dicen y lo que está escrito en los carteles, pero todo mezclado con sus caras relajadas de que estan de vacaciones y todo les resbala (que envidia que dan cuando uno está a las corridas para hacer un trámite y ellos alegres como si nada). Dentro de este grupo tenés los que van en patota, 6 u 8 personas para que una sola sea la que se acerque a la ventanilla. Suelen ir a cambiar alguna moneda, entonces empiezan las discusiones entre ellos de que tal banco tiene mejores tipos de cambio que el otro y en el medio que no entienden bien la conversión que les estan haciendo, cuestión que para cambiar dos billetes le dan quinientas vueltas. También tenés los que hablan una lengua totalmente diferente a la del cajero, por ejemplo chinos, japoneses, alemanes, etc. Si no son buenos haciendo señas, una transacción simple se puede convertir en un caso avanzado de matemática financiera, y te podes volver viejo esperando a que resuelvan sus problemas. Y por ultimo en esta categoría no puede faltar un ejemplo de que estamos en argentina; un turista tratando de cambiar $100 dólares por billetes chicos y monedas. El cajero va a pedirle cualquier documento, papeles y hasta autorizaciones que no existen con tal de hacer que este turista desista y se vaya con billetes grandes y no joda (esto demuestra que todos tenemos problemas para conseguir monedas en esta ciudad).
Entre una cosa y la otra finalmente me atendieron, no viene al caso relatar las vueltas que me dieron y los papeles que tuve que presentar para que resuelvan mi caso o las firmas que tuve que poner (que despues de la cuarta firma ya ni leia, asi que a lo mejor ahora figuro como donante de organos en el Banco y ni me enteré). Finalmente me pude retirar con mi tramite concluido y respiré hondo, alegre porque la travesía habia terminado.
Hacer fila en el Banco es de las peores cosas, pero nadie puede escapar (a menos que seas muy grosso y tengas cadete o algun gil que te haga los mandados...). Pero no es la única fila que podes encontrar, la del supermercado, la del baño en un bar o boliche, la del teatro o cine, la de un recital y otras más. Pero eso lo dejamos para otro día donde quiera hacer catarsis porque me tuve que clavar 1 hora haciendo fila...
